Todas las rosas
donde
de cerca muy antes se alejaron
todas las noches
todas una a una desesperanza
en las trincheras compatriotas vieron con él conmigo arder Notre Dame
tan desolador
bajo la arena encontró alguna perla y aprendió a ser en esas burbujas
aprendió a ver en esas brújulas dibujadas su norte
aprendió a dosificar las lágrimas redujo las lanzas
aprendió a reirse de las desangeladas montañas
y se sometió a las órdenes de su dios el ermitaño
se tuvo que olvidar de que Venus una o dos veces fue a verlo a Turquía
aún así la luna estaba allí océano estaba allí tizas en equilibrio estaban allí y belleza sin trenzas pero
plena
así pues sin gritar se durmió y al día siguiente
mirando el cielo azul cogió las flores salió a la mar y fue feliz.
poema
12:51 |
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